En las arenas atlánticas hay nuevos objetos de deseo: los hombres de entre 25 y 40 años, depilados, maquillados, bronceados y con todas las marcas de moda. Se muestran y esperan que las mujeres inicien la conquista. Un cambio de roles que despierta asombro, broncas, indiferencia y aceptación.
Preparó la valija con cuidado de no olvidar las cremas -protector, post-solar, humectante, etc.-, los elementos de maquillaje, el gel y el secador para el cabello. Y utilizó las últimas horas antes del viaje para depilarse. Ya había conseguido que su piel se bronceara y no quería lucir mal en la arena. Con ese bagaje, Gabriel partió hacia la costa atlántica, como tantos otros varones de entre 25 y 40 años que se muestran en la playa pero se quedan ahí: no buscan contacto con las mujeres, no intentan un levante ni un encare. Ni de día ni de noche: en los boliches bailan solos y vuelven a mostrarse, incluso arriba de un parlante, en actitud de espera. Si la situación se da, todo bien. Si no, jamás la buscarán. Una vuelta de tuerca a los metrosexuales que irrumpieron en el escenario social hace un par de años. Son los hombres histéricos, que están marcando el paisaje veraniego. Siempre los hubo, claro, pero se sabe que el período estival -por eso de juntarse en un balneario- potencia las tendencias y las convierte en moda. Enero de 2012 será recordado como el mes en el que los tradicionales roles de género quedaron en el olvido: los hombres se hacen desear, las mujeres marchan a la conquista.
"Nos rodean, nos miran pero no encaran, salvo cuando se entonaron con algún trago. Son histéricos y cobardes. Al final, las minas vamos al frente." La frase compendia las quejas más comunes de las chicas en la playa, donde los grupos se diferencian por sexo: hombres por un lado, pasándose bronceador, hablando o simplemente mostrándose, y mujeres por el otro, exhibiendo cuerpos como siempre.
Fuente: www.infonews.com